Santiago de Compostela es pequeña y coqueta como las ciudades de los cuentos. La zona histórica es un laberinto lleno de secretos, donde es posible andar con seguridad por las calles estrechas, macizos soportales y plazas que llevan a la catedral.

Por todos es sabido que en nuestras calles hay juegos no escritos, como cruzar la plaza de la Quintana sin pisar las líneas de las piedras (¡era un antiguo cementerio!), o encontrar los pies de Cervantes en la fuente de su plaza, y también descubrir en la noche la sombra de un peregrino al pie de la torre Berenguela.

Para conocer Santiago, hay que seguir las huellas del pasado, reparar en los nombres de sus calles: Caldeirería (calle de los caldeireiros y picheleiros), Acibechería (calle y plaza de los talladores de azabache), Praterías ( de los plateros), Obradoiro (talleres de cantería), …; o fijarse en las marcas de las fachadas, que mostraban de quién era una propiedad, como las conchas de la catedral, las cinco estrellas de la Universidad, el pino del monasterio Pinario…

Turismo de Galicia – Compostelánea 

  •   2018

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